Mundus vult decipi, ergo decipiatur.
Una pequeña mente con ganas de conocer el mundo más allá de lo esperado.
Una sed increíble sobre lo incierto e inimaginable.
Curiosidad interminable.
Ahí en un espacio blanco que es pintado de palabras, colores, formas, sentimientos... ahí, justo en el centro, ahí estoy yo.